Fetichismo: ese oscuro placer por los objetos materiales
Pies, zapatos, lencería, olores, pieles y muchas cosas más que encienden el erotismo.
Fetichismo deriva de la palabra "fetico" término portugués que significa "magia" o "hechizo” y es la devoción hacia los objetos materiales. Tiene que ver mucho con la religión ya que en antiguas culturas africanas era una forma de creencia o práctica religiosa en la cual se considera que ciertos objetos poseen poderes mágicos o sobrenaturales y que protegen al portador o a las personas de las fuerzas naturales. Así los amuletos también son considerados fetiches.
El o la fetichista necesita del compañero (a) para alcanzar el goce sexual y nos habla de la vinculación erótica con un objeto inanimado o una parte del ser amado, así te pueden gustar las medias, pieles, mechones de cabello, zapatos o hasta penes, ese objeto del cual puedas obtener placer con tan solo mirarlo o tocarlo. El fetichismo es una forma de fantasía sexual que se ha practicado desde la antigüedad y tenemos algunos casos famosos como: el escritor alemán Goethe explicaba cómo tenía sus más intensas experiencias sexuales cuando se masturbaba mientras escribía; Anthony Perkins dio vida en el cine al enfermo patológico Norman Bates, en la saga "Psicosis" que observaba el cadáver de su madre en la habitación y se recreaba contándole sus experiencias con distintas mujeres.
En el libro "El Perfume" de Patrick Süskind, el protagonista carece de olor corporal y trata de conseguirlo de las mujeres hermosas a las que termina asesinando para arrebatárselo. Cuando lo consigue, se desata una orgía en el pueblo; mientras Alfred Hitchcock es conocido como el director de cine fetichista por derecho propio. Su pasión por los objetos se manifiesta en cada uno de sus filmes. También, el famoso músico Richard Wagner necesitaba para componer estar en un estudio con una tela de color turquesa.
Una variante del fetichismo es el placer por los pies llamado podofilia y allí tenemos el caso de de Quentin Tarantino, recordemos su mítica escena bebiendo cerveza de los pies de Salma Hayek en "Abierto hasta el amanecer" o la confesa pasión del realizador por las extremidades de Uma Thurman. El cine nos ha dado películas acerca del tema como "Enciende mi pasión" de José Miguel Ganga con un Miguel Bosé obsesionado por los pies de Ana Álvarez y la televisión momentos tan estimables como el de Jon Bon Jovi besando el pie de Ana García-Siñeriz ante la mirada atónita del respetable.
Hay famosos que adoran los pies, y fetichistas que adoran los pies de famosos y actrices, auténticos coleccionistas de material gráfico que crean foros de debate, concursos y rankings de lo más argumentados. Entre los pies famosos más celebres encontramos los de la actriz de "Embrujadas", Alyssa Milano, o los de la cantante de Evanescence, Amy Lee. Antes de caer en el alcoholismo, Britney Spears declaró que la única parte de su cuerpo que no le gustaba eran los pies, cosas de los fans y sus ídolos, fans que hasta pagarían una fortuna por darse un gusto con su fetichismo.
No hay nada de que asustarse porque todos tenemos algo de fetichistas, pero la cosas cambia en el momento en que el fetichista necesita si o si de ese objeto, acto inusual o extravagancia porque de lo contrario nada le funciona, a esa conducta un poco más extrema se le conoce como parafilia y algunos expertos lo consideran una cierta desviación. Estamos claros en que el sexo nos pone y no tiene porque ser un tabú. Hay parejas a las que les gusta hacer cosas diferentes y algunas veces extrañas o bizarras. En pareja y respetando al otro todo es posible y permitido. Navegando por internet llegué a un site dedicado a la gente que le gusta besar, lamer o frotarse con los pies. Y créanme que hay pies bien lindos y feos también.
Mi tío siempre me dijo "si no existieran los gustos no se vendieran las telas" y que razón tenía. Creo que es bonito mirar unos pies o manos muy bien cuidadas, pero de allí a besarlos con la boca yo no le entro a esos olorosos placeres aunque imagino que para darles una chupada los pies deberán estar súper limpios. A lavar se dijo, aunque imagino que el gusto radica en olerlos de forma natural. Un amigo mío se muere por lo que él califica un buen trasero, a otro le pone en fa los morenos fornidos, a mí los gringos altos (confesión a tiempo) y podríamos incluir una gran lista como cholos power, piernazas, bajitos, gorditos, tipos que usan cuero, pañuelos, defectos físicos y hasta el dinero, porque ese era el fetiche del filósofo comunista Karl Mark. Lo cual significaría que tendríamos que tener los billetes a la mano para que se nos vengas las ganas. ¡Qué buena, eh!
Los fetichistas no siempre buscan la culminación de su placer en el acto sexual porque la masturbación les viene muy bien. Así que ya sabemos un poco más de este oculto placer que inspira al placer solitario de quien lo goza.
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